La palabra abstracto raramente podría acompañar al tequila, pero lo puede hacer cuando tres expresiones creadas por el legado de dos familias expertas en el tema vienen acompañadas de un concepto artístico único, disruptivo y con mucha historia. Es así como se creó Casa Obsidiana, con la unión de dos familias, Beckmann González y Boisset, que en la búsqueda de la perfección y el diseño de cosas únicas presentaron un nuevo concepto que aporta maestría y arte al mundo tequilero.
Casa Obsidiana, bellamente creado de adentro hacia afuera
La familia Beckmann González, famosa por José Cuervo, se asoció con la bodega de California y Borgoña para crear esta marca que tequila que además de llevar el sello de garantía de ambas familias viene en decantadores de cerámica que le dan un giro interesante a la forma en la que el tequila llega hasta nuestras manos.
El nombre surge de esta piedra que se encuentra en abundancia en la tierra volcánica de los campos de agave de la finca, además de estar presente en los antiguos rituales de limpieza de energías.
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En una combinación de energía distintiva, apasionada y espiritual en conjunto con la tradición y modernidad se presentan tres expresiones, Blanco, Reposado y Añejo, resguardados en distintos decantadores que tienen un significado propio.
Empecemos por Blanco, cuyo decantador está inspirado en la piña de agave, el núcleo de la planta que después se tuesta y fermenta para convertirse en tequila.
El líquido está terminado durante 16 días en barricas de roble francés que contenían Napa Valley Chardonnay y tiene aromas de papaya, flores blancas, vainilla y Jamaica, mientras que el sabor en boca es de notas vegetales con pimienta negra.
Pasamos a Reposado que viene en una botella que reencarna las plantas de agave Blue Weber y se inspira en el movimiento del agua y su capacidad para moldearse con el tiempo.
Esta expresión fue terminada durante 4 meses en barricas de roble francés que contenían Napa Valley Chardonnay.
Sus notas son de avellana, caramelo, pimientos carbonizados y cítricos guisados, con un sabor en paladas de especias de invierno, caramelo, agave terroso y vainilla.
Por último está Añejo que viene al interior de un recipiente inspirado en el cubismo mexicano en un perfecto color rojo que representa la tierra volcánica rica en hierro de los campos de agave.
Este fue terminado durante 15 meses en barricas de roble francés y tiene aromas de roble, vainilla, café y clavo con un paladar con mucho sabor a caramelo, canela, pasas y agave tostado.
Cada botella de Casa Obsidiana alberga una reliquia de obsidiana pura, un círculo perfecto en proporción divina que representa la totalidad, la continuidad y la naturaleza infinita del ser.