En el mundo existen una gran variedad de bebidas que con solo probarlas nos hipnotizan, su delicado sabor y pureza nos hacen saber qué maravilla estamos probando. En este sentido hay quienes prefieren ponerle a añejar algún fruto o hierba y así mejorar su sabor pero, ¿Haz imaginado una bebida añejada con una pieza de moto?
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Déjame decirte que eso es una realidad, el restaurador de motos alemán Uwe Ehinger apodado como “El Arqueólogo” es el creador de este peculiar proyecto al que llama el virus Harley.
Uwe Ehinger desde muy joven ha buscado por varias partes del mundo piezas de motos Harley olvidadas e inspirado en esa búsqueda surge su idea de meter las piezas de estas legendarias motos en botellas de ginebra. Pero no creas que los fragmentos pertenecieron a cualquier motocicleta, en concreto estas partes pertenecieron a motores de Flathead (1939), Knucklehead (1947) y Panhead (1962) unas verdaderas obras de arte en dos ruedas.
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Probablemente pienses que puede ser insalubre, pero las piezas son completamente limpiadas e impermeabilizadas de forma especial con una aleación de estaño para que la bebida esté totalmente segura al contacto con la pieza además que esto evita la mezcla de colores, olores y sabores entre el líquido y el metal y así también prevenir problemas de salud.
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Una vez superado este proceso, las piezas son soldadas a una estructura de acero y se colocan en una botella elaborada de forma artesanal, la cuales contienen un número de serie del motor al que perteneció la pieza y un sello inalterable para evitar cualquier abuso.
Por si fuera poco, las botellas vienen empaquetadas en cajas con tipografías que datan de una imprenta de 1931 y envoltorios de papel encerado con información de la pieza y el motor al que pertenecía.
Estas bebidas de ginebra exclusivas tienen diferentes precios ya que varían dependiendo el tipo de motor al que perteneció cada parte, pero este ronda entre los 900 y 1,100 euros. Así que si eres un amante de las motos Harley Davidson tienes que darte la oportunidad de probarlas.