¿Por qué debes probar el nuevo Tequila Gran Centenario Cristalino?

Por supuesto, que sea nuevo es una poderosa razón para querer probar el Tequila Gran Centenario Cristalino, pero además está el hecho de que es un producto premium que enaltece las raíces mexicanas. Su elegante y a la vez muy clásico envase, su minucioso proceso de elaboración y muchas cosas más se suman a la lista de motivos, aunque al final, realmente la razón de mayor peso se la dará el propio tequila a tu paladar.

Así es Gran Centenario Cristalino

Su proceso de maduración combina por primera vez los delicados sabores de las mejores reservas de tequilas: añejo de 16 meses en barricas de roble americano, las reservas más suaves de extra añejo de 48 meses en barricas de roble americano y finalmente, un acabado en barricas de Calvados durante 6 meses.

Gran Centenario Cristalino

El toque exquisito que le da ese sabor único e inigualable a Gran Centenario Cristalino, es su proceso exclusivo de meticulosa filtración, mediante el cual se utiliza plata mexicana para transformar el tequila añejo en un líquido cristalino excepcionalmente suave.

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Gran Centenario Cristalino, producido con 100% Agave Azul Tequilana Weber, representa la perfección desde el proceso de creación hasta el último detalle, como la botella, que toma como inspiración la corriente Art Deco.

El resultado de este incomparable tequila, es un destilado de equilibrio excepcional, con una claridad impecable y la profundidad de un tequila añejo, en donde incluso se pueden percibir brillantes matices plateados.

Su balance único revela delicadas notas a manzana asada, vainilla, canela y especias, que se combinan con una sedosa textura dulce de agave cocido y roble que marida a la perfección en el paladar.

Gran Centenario Cristalino

Con el legado de Don Lázaro Gallardo, considerado el primer Maestro Tequilero, Gran Centenario Cristalino se suma a un histórico portafolio de tequilas que no deja de sorprender al mostrar en cada gota de cada variedad un profundo conocimiento de la tierra, el agave y la creatividad a la hora de mezclar reservas de reposados y añejos, que convierten al tequila en el elixir que conocemos hoy en día.