Existen muchos restaurantes argentinos en el mundo, pero una vez que te encuentras en La Cabrera, puedes estar seguro que has llegado a un espacio único. Además de notarlo a simple vista, tuvimos la oportunidad de que su creador y chef, Gastón Riveira, nos contara por qué es un lugar tan especial.
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La experiencia
El acercamiento de Riveira a las artes culinarias fue familiar. Como en los buenos hogares latinoamericanos, el cocinero creció entre comidas familiares, donde la cercanía con la cocina se dio de manera natural.
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Aunque en un principio planeaba ser abogado, finalmente declinó por la gastronomía. Su pasión se materializó en La Cabrera, un sitio que él describe como “bistrot barroco de barrio”.
Como en cualquier restaurante que se precie de ser parrilla, la comida es deliciosa. Pero Riveira sabe que eso no es suficiente y, como buen perfeccionista, ultima los detalles hasta transformar La Cabrera en una experiencia.
“Somos menú, somos ambiente y somos servicio” comentó el chef. En esta amalgama perfecta, el menú no sólo se basa en carnes de máxima calidad, también se incluye el factor casero en sus guarniciones hechas al día.
Por otro lado, el ambiente se vive a través del servicio: “queremos un servicio distinguido, pero al mismo tiempo descontracturado y diferente, es decir, que vos elijas al mozo así como elegis a tu médico de cabecera”.
Toda esta mezcla de elementos llevan al objetivo final de Gastón: divertir al comensal mientras disfruta de un magnífico corte.
Hablemos de comida
El argentino reveló en su Taller de Cocción de Carne los secretos para una parrilla de excelencia. Entre ellos se encuentran los diversos tipos de maderas para azar la carne, parrillas, cortes de carne, términos de cocción, guarniciones, salsas y condimentos.
“Hoy salir a comer no es solamente probar un pedazo de carne hecho arriba de una parrilla, sino que también hay todo un desarrollo de buena elección de materia prima, buena madera para quemarla, el parrillero, la forma de condimentar y así puedo comentar muchísimas formas en que una parrilla es distinta, no mejor, pero sí distinta a la otra” contó Riveira a RRMX.
Desde luego, hay una estrella en el menú que brilla sobre las demás -y que debes pedir cuando visites La Cabrera-, el ojo de bife. Al igual que el resto de los cortes, se sirve perfumado con especias de árboles frutales. Al momento de sazonarlo con ajo y sal, el cocinero tiene una técnica divertida para hacerlo, pues coloca los ingredientes en un globo y lo hace explotar a pocos centímetros de la carne.
En cuanto al maridaje, los vinos no pueden faltar. Gastón se ha declarado como un “hincha fanático del malbec”, por lo que nos sugiere un buen vino malbec argentino o incluso un merlot californiano.
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¿Qué sigue para La Cabrera?
El chef originario de Buenos Aires no se anda con rodeos cuando se trata de contar sus planes a futuro. “Me gustaría tener una Cabrera en cada ciudad importante del mundo y que mis nietos hablen de mí diciendo ‘mira lo que hizo el abuelo’”.
La Cabrera se ha enlistado en tres ocasiones dentro de la lista The 50 Best Latin America’s Restaurants. Aunque el restaurante tiene su cuna en Buenos Aires, se ha expandido en ciudades como Santa Cruz de la Sierra, Bolivia; Lima, Perú; Santiago, Chile y Ciudad de México.
Pero no sólo sus credenciales avalan el éxito del enclave argentino, basta con llevar un trozo de carne al paladar. El sabor de la parrilla se presiente tanto como el entusiasmo de su cocinero. “Lo que estoy exponiendo no sólo es la gastronomía argentina, sino en realidad estoy exponiendo como si fuera un hijo mío, es lo que uno siente al exponer su marca, es mucha la pasión que uno siente por lo que uno hace”.
La Cabrera CDMX
Av. Ejército Nacional 843, Granada. Dentro de Antara Fashion Hall.