Viajar y enamorarte de un nuevo destino puede ser muy provechoso cuando te inspira a hacer cosas diferentes, que fue exactamente lo que le pasó al Dr. Bill Lumsden, Director de Creación de Whisky en Glenmorangie, después de su viaje por Tokio.
Pensando en los recuerdos, sentimientos y sabores de su visita en la capital japonesa, el Dr. Bill se decidió a crear una expresión que se caracterizara por sabores opuestos y por suerte durante su viaje había adquirido una pequeña cantidad de raras barricas de roble japonés Mizunara.
Experimentando con la complejidad de los sabores, Lumsden unió un whisky parcialmente envejecido en roble Mizunara con un líquido que había pasado un tiempo en barricas de jerez y bourbon, fue así como dio con un single malt que si bien conserva su esencia escocesa también tiene un poco de Tokio.
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Glenmorangie Tales of Tokyo combina sabores atrevidos al tiempo que muestra un lado mucho más suave, algo así como Tokio con sus cautivadores contrastes, en donde los tranquilos jardines encuentran su lugar entre las bulliciosas calles.
Todos estos opuestos se encuentran en sus notas, por ejemplo, en la nariz es poderosamente herbáceo, con toques de caramelo contrastados con incienso, seguido de una nota resinosa y un toque de madera de cedro.
El gusto continúa con este juego de contrapuestos, con una sensación picante con naranja y cerezas amargas junto con hinojo y roble masticable.
Su final es más suave con un toque de almendra, mandarina, pimienta blanca molida y más resina de madera.
Para darle un toque aún más único Glenmorangie se asoció con el artista japonés Yamaguchi Akira para adornar cada botella y su empaque.
En las ilustraciones se aprecian monumentos famosos de Tokio que se yuxtaponen con la destilería Highland, para mostrar aún más esa unión entre la herencia de ambos lugares y como han inspirado a Glenmorangie.