Presente en el consciente colectivo como una bebida de piratas y marineros, el ron es una de las bebidas espirituosas más consumidas a lo largo y el ancho del mundo con una historia tan fascinante que hoy en su día teníamos que recordar.
El ron se ha convertido en un signo de pasión, artesanía, identidad cultural y años de legado y hoy desentrañamos un poco de su pasado para que te conviertas en un aficionado informado.
Empecemos por el nombre
Para hablar del ron comencemos con el nombre que se piensa que se pudo tomarse de la última silaba de la palabra ‘saccharum’ que en latín se traduce como azúcar. Por otro lado hay quien afirma que proviene del nombre de los enormes vasos que los marineros holandeses usaban y eran llamado rummers.
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Los orígenes del ron
El Caribe es el hogar de algunos de los rones más famosos, sin embargo, la historia de este destilado no comenzó ahí, pues la caña de azúcar no es originaria de esta zona sino de Asia, específicamente de la India Occidental, y se dice llegó hasta este lado del océano gracias a las expediciones de Cristóbal Colón a finales del siglo XV.
El explorador viajó al ‘nuevo mundo’ trayendo consigo 1200 plantones de caña de azúcar los cuales plantó en la isla de Hispaniola, hoy República Dominicana y Haití.
América, Nueva Inglaterra y el ron
Como pasa con toda bebida global, hay algunos detalles interesantes en su historia, algunos que incluso contribuyeron en cómo se desarrolló la historia.
Es común relacionar el ron con los piratas y no se está muy alejado de la realidad. Esta bebida estaba presente en los veleros legales en donde se recibía una pinta diaria de ron jamaiquino por cada hombre y medio, al punto de considerarse un elemento imprescindible en las embarcaciones.
El hogar del ron era el Caribe, pero dicha bebida era muy popular en Norteamérica y pasada la Guerra de los Siete Años el rey Jorge III exigió que las colonias estadounidenses ayudaran a pagar las deudas de la guerra.
¿Y esto qué tiene que ver con el ron? Pues como parte del aumento de impuestos en 1764 se aprobó la ´Ley del Azúcar’ que tasaba impuestos sobre este producto además de la melaza, lo que afectó a las destilerías de ron americano.
La legalidad de llevar dicha bebida en los barcos terminó y con frecuencia se incautaban naves que albergaban melaza y ron de contrabando. Estas restricciones pronto propiciaron que se desarrollara en mayor medida el whisky americano y el ron perdió popularidad.
De hecho, durante la época de la prohibición el whisky fue uno de los licores más contrabandeados, pero también lo fue el ron, sin embargo, muchos bares ilegales vendían licores hechos en sótanos o bosques durante la noche y los hacían pasar por dicho destilado.
El proceso
La caña de azúcar se planta, fertiliza, corta y transporta a un molino en donde es triturada y se extrae su jugo. Posteriormente se cuela en ollas hirviendo hasta que el azúcar se cristaliza y de ahí se obtiene la melaza.
La melaza se usa después de diluirla para la fermentación, pues las moléculas todavía están concentradas para ser procesadas con levaduras de alcohol.
Los rones ligeros usualmente se destilan con el método continuo e inmóvil mientras que los pesados se destilan en alambiques inmóviles. El color puede provenir del envejecimiento en barricas de roble o añadiendo caramelo.
Los tipos de ron
Blanco: totalmente incoloro, se envejece durante uno o más años y se filtra para eliminar cualquier color, su sabor suele ser más suave y con cuerpo más ligero.
Dorado: Este tipo se ha suavizado en barricas para recibir un matiz ámbar o dorado. Su perfil de sabor es más rico que el de un ron blanco y dependiendo de la barrica puede obtener notas de vainilla, almendra, cítricos, caramelo o coco.
Oscuro: Se envejecen durante un periodo de tiempo mucho más prolongado y se le añade caramelo para lograr un tipo de color específico. Suelen tener aromas de frutos secos, caramelos, especias y robles.