La caligrafía se originó en el principio de los tiempos como un intento del ser humano por perpetuar hasta la eternidad su esencia y pensamiento. De esta manera se creó «el arte de escribir en letra bella».
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En México, esta práctica ha ido logrando más fuerza con el paso del tiempo y no fue hasta 2001 que se creó la Sociedad Mexicana de Calígrados e Iluminadores.
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Misma que intenta impulsar Tequila Casa Dragones para demostrar así, una vez más, su compromiso con el fomento de la artesanía mexicana. De esta manera, los mejores calígrafos del país son los encargados de realizar con mano diestra el proceso de personalización de Tequila Casa Dragones Joven.
Si bien las botellas que resguardan el tequila están hechas a mano con cristal puro 100% libre de plomo, y están grabadas a través de la técnica tradicional de pepita, numeradas y firmadas a mano por el Maestro Tequilero, no es de extrañar que su técnica de grabado posea el mismo nivel de calidad.
“Para nosotros, la caligrafía es el arte de la pluma viva, cada letra manifiesta un sentimiento, es una expresión plástica y un sentido literal. Durante 15 años hemos promocionado e impulsado este arte y oficio; estamos muy felices de sumar fuerzas con Tequila Casa Dragones para poder seguir dando a conocer el arte de la expresión de la mano”, indica Antonio Anzures, reconocido calígrafo y fundador de la Sociedad Mexicana de Calígrafos e Iluminadores.
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Para lograrlo, los calígrafos de Casa Dragones ponen la máxima atención al detalle en cada letra para recrear el “arte de la pluma viva” en la etiqueta ya colocada sobre la curvatura de la botella.