Podríamos irnos al comienzo de la humanidad y desde ese pequeño momento en el que el ser tomó consciencia de sí ya podríamos encontrar vestigios de este afán por crear y dejar huella. Herramientas, pinturas rupestres, obras de arte, tecnología, cada invención nos lleva hasta este momento.
Nuestro gusto por ir más allá ha alcanzado todos los aspectos de nuestra vida y es que si no hubiera existido un hombre que viera que de los inmensos campos de agave se podía hacer una bebida hoy en día no tendríamos el tequila.
Y es que una vez que el tequila se creó no nos quedamos de brazos cruzados, incluso en ese momento se buscó empujar aún más los límites creando distintos tipos de este destilado.
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Loco Áureo Tequila Añejo es un nuevo símbolo de excelencia
De este modo marcas como Loco Tequila ya con tres etiquetas en su portafolio: Blanco, Ámbar y Puro Corazón, sigue buscando innovar, lo que nos lleva hasta el nuevo Loco Áureo Tequila Añejo que es justo un tributo a la creatividad humana.
Loco Áureo Tequila Añejo está conformado por tres universos: Agave, Oriente y Occidente, cada uno como una etapa que lo construye hasta ser el excepcional tequila que es.
Agave es la incansable búsqueda del néctar perfecto, la meticulosa selección del agave, el ancestral método de la tahona y la fusión entre terruño y finas maderas.
Mientras que a Oriente y Occidente lo conforman la audaz selección de barricas y el ensamblaje de tequillas añejos y extra añejos que infunden su esencia única al tequila.
Para el primero, Oriente, destaca la barrica de roble japonés Mizunara que aporta una elegancia sublime y dota al líquido de notas como sándalo, matices de incienso, jengibre, té negro y recuerdos de pétalos de rosa secos.
Después tenemos Occidente en donde una barrica portuguesa, previamente madurada en Oporto, hace su aparición contribuyendo con aromas y sabores de frutos deshidratados y especias.
El resultado es un elixir impregnado de valores universales con sabores y aromas que desafían lo común y solo pueden ser curados por el tiempo y la maestría, satisfaciendo los paladares experimentados y hedonistas que buscan el placer en lo exquisito y refinado.
Protegiendo el líquido está otra muestra de maestría, una botella sellada con lacre marmoleado negro y dorado que sostiene una representación de la tahona con un hilo metálico que corta finamente el lacre y en el cuello un listón de piel de cabrito trenzado de manera artesanal.
En el estuche se aprecia la firma del maestro tequilero y una elegante placa dorada con textos de Loco Áureo. Un pequeño cajón en la parte inferior guarda un librillo que narra la historia de Loco Tequila y el proceso de creación de este tequila único.
Loco Áureo Tequila Añejo es único en su tipo, un líquido que al igual que el ser humano ha transcendido lo común para buscar la excelencia.