A estas alturas de su carrera hay pocos detalles de la vida de Pharrell Williams que pasan desapercibidos, como el hecho de que mucho antes de convertirse en el Director Creativo de Louis Vuitton Men creó una marca propia de ropa que encaminó su estilo a lo que conocemos hoy por hoy.
Desde los 90’s Pharrell Williams ha consolidado una sólida carrera, en su mayoría como productor discográfico, rapero, cantante y compositor en donde es considerado como uno de los más influyentes y exitosos del siglo XXI impactando el sonido de la música moderna.
Pero fue en 2003 cuando incursionó en la moda junto a Nigo (director creativo de Kenzo) creando Billionaire Boys Club, una marca de streetwear que pronto tuvo submarcas como Ice Cream, Bee Line y Billionaire Girls Club.
La marca debutó en un video de Williams y con el paso de los años se expandió colaborando con grandes personalidades con Jay-Z.
La tienda originaria de Nueva York pronto se expandió a Tokio y Londres y ahora París, pero no precisamente para vestir a los franceses.
Celebrando que Billionaire Boys Club cumple 20 años, la marca llegó a la Semana de la Moda de París con un cautivador espacio que traslada un restaurante estadounidense retro al vibrante distrito parisino de Le Marais.
El restaurante emergente celebra la creatividad y los clásicos estadounidenses, excusa para ofrecer un menú deliciosamente seleccionado con versiones modernas de comidas y bebidas, llegando de los quesos a la parrilla a los hotdogs.
La decoración te traslada de inmediato a los 50’s con pisos a cuadros, bancos para sentarse, letreros neón y escaparates con máquinas de dulces, que también son un guiño a los de las tiendas en Hong-Kong y Tokio, y el aire libre tiene esculturas de helados derretidos y sombrillas.
Más allá de la comida la tienda también sirve para ofrecer una cuidada selección de ropa y accesorios de Billionaire Boys Club que van desde chaquetas universitarias, camisas de bolos, gorras, bolsos, llaveros y mucho más.