Así es Frevo, el restaurante neoyorquino escondido tras de una pintura en NY

A pesar del ajetreo y el bullicio, Nueva York aún sabe como guardar un secreto. Bares y speakeasies, jardines escondidos y fiestas exclusivas en el anonimato, sus tesoros escondidos se reservan para solo unos pocos y la primicia del momento es Frevo, un restaurante de alta cocina en el corazón de Greenwich Village.

Dicen que a veces los mejores secretos son los que no guardas, los que compartes y disfrutas en compañía y así es Frevo.

Frevo, el tesoro bajo la X

Este restaurante clandestino, pero no por ello menos lujoso, se encuentra en West 8th Street, específicamente en una pequeña galería de arte. Quizá al entrar necesites verificar si estás en el lugar correcto, no te preocupes porque lo estás.

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A partir de este punto, te sentirás como parte de alguna película llena de pasadizos secretos, mientras recorres la galería y aprecias las pinturas, te encontrarás con un colorido lienzo creado por el artista francés Toma-L.

Frevo
Fotos: Frevo

La que probablemente sea la única pintura en una galería que puedas tocar y separar de la pared, será la entrada a Frevo. Aunque parece muy sencillo, ingresar a este restaurante no es tan fácil como llegar y entrar, como en cualquier otro lugar, necesitas hacer una reservación y pasar sigilosamente.

Un menú no tan secreto

Igual de sublime que la entrada casi teatral, el menú de degustación consta de seis platos combinados con excelentes vinos. Entre los platos se encuentran los espárragos asados con crema de pistacho y espuma de coco; el ceviche de gambas; langosta de Maine con curry bretón; calamares a la parrilla y un bistec añejado en seco con una pizca de ajo negro y de doenjang, una salsa tradicional coreana.

La mejor parte es que el menú cambia con las estaciones, el chef Sampogna usa ingredientes frescos de cada temporada, proveniente de productores y agricultores locales.

La precisión con la que Frevo hace todo logra que esta experiencia sea memorable, desde la entrada, que parece más un portal, hasta el restaurante con una iluminación cálida que parece que salió de una novela de fantasía, un ambiente íntimo, relajado y elegante.