La reina de Inglaterra tiene una amplia colección de automóviles. Al tratarse de la realeza, su garage cuenta con modelos antiquísimos, se sabe que cuenta con un Edward VII Town Coach que data del año 1902, pero, en el otro extremo, también se ha hecho de un Landrover Range Rover Landaulet híbrido.
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No más autos para la reina
A pesar de todo este lujo sobre ruedas y de que la monarca es la única persona en Reino Unido que tiene permiso de manejar sin licencia para conducir, se ha reportado que la royal más longeva del Palacio de Kensington ha decidido no volver a poner a sus manos en el volante.
De acuerdo al protocolo real, la reina Elizabeth debe ser llevada a sus eventos con ayuda de un chofer. Pero es bien sabido que ella tiene cierta afición por los motores. Durante su juventud, fue vista conduciendo un clásico Rolls-Royce Phantom V de 1964.
¿A qué se debe esta decisión? De acuerdo a The Sunday Times, la reina fue aconsejada por su equipo de seguridad que no volviera a conducir en actos públicos.
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Su decisión ocurre meses después de que el príncipe Felipe se accidentara a bordo de un Land Rover. Aunque no sufrió ninguna lesión grave, algunos medios informaron que fue una fuerte colisión que provocó que su auto se volcara de la carretera.
Entre otros bólidos pertenecientes a la reina Elizabeth, pueden enlistarse una limusina Bentley State, un Aston Martin DB6 y un Daimler S420. Por mencionar sólo algunos que ahora serán conducidos por la servidumbre de la gobernante.